Estimados amigos. Les escribe un colega que, en algún momento, estuvo en las mismas andanzas que ustedes compartiendo con escorts hasta que decidió hacer un cambio rotundo en su vida. Les comento que tenía una novia con quien pensaba en casarme y sostuve una relación por varios años. Con ella tuve una relación bonita y bastante intensa hasta que, por malentendidos, discusiones y desacuerdos habituales de pareja, elegimos dejar las cosas así por un tiempo (duramos alrededor de 5 años). Durante los 2 años posteriores, opté por quedarme solo y decidí empezar a involucrarme y solicitar servicios con escorts. Disfruté de momentos muy extasiantes con cada ellas (alrededor de 10 damas). Sin embargo, la historia que en principio parecía una serie de relatos de locuras y de encuentros clandestinos en donde pude satisfacer mi virilidad hasta más no poder, pasó a convertirse en un cuento de melancolías, frustraciones y hasta pesadillas.
Luego de haber sostenido mis encuentros con las sexo-servidoras, me volví a encontrar de nuevo con aquella chica con quien había terminado mi relación. Ella me dijo que aún seguía muy enamorada de mí y que estaba dispuesta a intentarlo nuevamente. Viendo esta situación y que quería dejar atrás todas esas aventuras y retomar mi vida común y corriente como la llevaba, decidí intentarlo nuevamente con ella. Las cosas empezaron a marchar de maravilla nuevamente entre ella y yo, la pasión estaba a más no poder entre los dos e íbamos a tener nuestro encuentro planeado de reconciliación hasta que... tuve que hacer un forzoso alto en el camino.
Resulta que, unos 4 o 5 días previos al encuentro que se había planeado, me topé con un hecho bastante sorpresivo y preocupante: Una mañana luego de tomar mi ducha habitual, noté que tenía algo anormal en mi zona genital: Apareció uno que otro grano rojizo aislado entre uno y otro, de los cuales, en comienzo, pensé que se trataban de simple acné. Con el paso de los días, vi que dichos granos aumentaron algo en dimensiones (sin superar el tamaño del acné normal) y que se esparcieron a lo largo de mi zona púbica, llegando incluso a hacer presencia en la zona baja del abdomen. Preocupado por mi situación de salud, fui a visitar a un amigo médico quien me preguntó por mis antecedentes. Con la mayor confianza, le comenté acerca de mis andanzas y el hombre, con mucho cariño y respeto, desde su experiencia profesional me dijo algo como: "Estimado amigo, claramente por las lesiones que exhibes en tu piel, resulta más que claro que tienes una ETS viral." Yo le repliqué contestándole: "Oye, pero como es posible esto?, si siempre utilicé protección (condón) y en ninguna ocasión se me rompió, tampoco jamás besé o me atreví a practicarle sexo oral a ninguna de mis compañeras de tales encuentros, me lavaba mi zona genital con abundante agua y jabón inmediatamente luego de cada faena, no estuve embriagado o drogado en ningún encuentro, de hecho, no fumo, no tomo y rutinariamente hago ejercicio, me alimento bien, no trasnocho, entonces, cómo pudo haber ocurrido?"
Con todo esto, mi hermano del alma simplemente me indicó lo siguiente: "Mira bacán, cuando uno se acuesta con alguien, así la consideres bien conocida o no para ti, eso es como jugar a la ruleta rusa y en ocasiones varias, hasta con efecto retardado porque el balazo te hiere y te desangra más adelante y cuando menos te lo esperas", y yo le dije, "pero cómo así?". Entonces mi pana me aclaró lo siguiente: "Mira, lo que te hayan pegado como pudo haber sido hace dos o más años, también pudo haber sido recientemente hace unas pocas semanas. La infección simplemente se expresa cuando halla el momento preciso y se aprovecha que tus defensas han mermado aunque sea un poco por la razón que sea. Además, el hecho de que hayas aplicado todas las medidas y precauciones que me cuentas, no garantiza absolutamente nada para prevenir ETS. Tu amante de turno, en aquel momento, aparentemente sana, puede que no haya exhibido ningún rastro de enfermedad y tú la viste "sanita", PERO eso no significa que esté libre o curada de alguna ETS. En cualquier instante pudiste haberla rozado y hasta sin querer, en su zona íntima o en cualquier otra parte de su piel que contenía el virus, y luego, en medio del ajetreo, te tocaste tu boca, tus ojos, alguna lesión o hasta tu zona íntima (y ojalá recién rasurada en donde hay aún más chance de contaminarse por las pequeñas heridas que se forman) con lo cual, estimado colega, por más que no querías salir lastimado, adquiriste la infección."
Creo que a estas alturas de mi recuento, ya podrán predecir cómo terminaron las cosas: 1) Tuve que hablar con mi chica y por prevención decirle que no podíamos sostener relaciones íntimas, 2) Ella entendió claramente el riesgo y por esa razón, decidió dejar la cosas así y decirme "chao del todo". Adiós a la faena tan planeada y esperada. 3) Mi amigo Doc me prescribió algunos medicamentos (antibióticos y antivirales), de los cuales, hasta el momento, si bien he visto que no han permitido que la vaina avance y se vuelva peor, aún no evidencio mejoría al 100%. Ya me hice un examen de ETS en donde, supuestamente, salió todo bien, pero al igual, habrá que repetirlo dentro de unos meses. 4) Mis ronchas siguen del mismo tamaño, tienen descamación y producen comezón, pero me toca armarme de paciencia para no rascarme y esparcir más la infección. 5) Luego de haber finalizado de una vez por todas las cosas con mi ex, se me presentaron dos oportunidades nuevas de estar con dos nenas de la oficina (a las que les llevaba unas ganas brutales desde hace años), pero con esta situación actual, me tocó salirles con una serie de excusas y decirles que no estaba interesado en una relación en estos momentos (para que no me señalen por mi padecimiento y además, para no llegar a contagiarlas).
En resumen: Por querer pasarla rico en una que otra aventurilla con estas susodichas y por más "precauciones" que pensaba que había tomado, ahí tuve mi ETS y de ahí en adelante, me tiré totalmente todo. Como dirían algunos, me quedé sin el pan, sin el queso y hasta sin la mortadela. Ahora me quedaré con la incertidumbre de tener que esperar durante meses o años hasta que se me quite esta vaina, con mi vida sexual detenida con las féminas y rogando a Dios porque hasta ahí sea la cosa y no me llegue a causar prejuicios más adelante.
Con todo esto, mi mensaje queda más que claro: Señores, por el bienestar y éxito en todas las áreas de su vida, no se involucren con ninguna SS, procuren más bien conocer y comunicarse lo suficiente con sus parejas. No acaben con su tranquilidad y su salud en la manera en que yo equivocadamente lo hice. Una buena amante es mucho más que un buen polvo, un cuerpo y un rostro despampanante. Por amor y respeto propio, no cedan y resistan ante la tentación, pensando en el daño que les ocasionará más adelante.
Una buena mujer podrá satisfacer cada una de sus emociones y deseos más íntimos. Ella sabrá escucharlos, si saben comunicarse efectivamente. Si no resulta ser la mujer correcta, entonces, dense la oportunidad de conocer otras mujeres y personas. Y si aún así, no resulta, entonces, asuman el rol y el desafío de estar con ustedes mismos. Ámense, protéjanse y reconozcan todo el valor que tiene en estos momentos con su juventud y salud actuales. No la arriesguen ni la derrochen por personas que sólo quieren su dinero y que no les brindarán el afecto que tanto ustedes se merecen y esperan. Saludos y mis mejores deseos.
