Juan taster
Catador Nivel II ⭐⭐
Hoy me tomo el atrevimiento de contar una experiencia diferente, no es una reseña.
Tenía conocimiento desde hace algún tiempo de un sitio en el que se practica el Gang Bang, manejado por un tipo que se hace llamar el gurú del sexo, en la 80 con san Juan al lado del apto de las prepagos para los que conocen.
Era un sábado normal y decidí calmar mi curiosidad. Llegué muy cumplido pues el evento duraba 2 horas, aparte de mi habían otros 7 personajes, no muy agradables, pero ya estaba entrado en gastos. Transcurridos unos 10 minutos y un poco de impaciencia por los presentes ingresaron las señoritas que harían la faena, para mi sorpresa eran dos de las niñas del apto de al lado (he ido un par de veces y distingo las chicas) eran Antonella y Susan, aunque el tal Gurú las presentó con otros nombres.
Al comienzo nadie tomaba la iniciativa a lo cual Susan hizo señas a dos de los presentes, un negro bastante desagradable y un hombre algo mayor, ellos se acercaron y Susan comenzó a hacerles el oral a ambos, sin condón, hasta ahí llegó mi curiosidad por participar en un Gang Bang, esa vaina fué de lo mas desagradable que he visto, pero decidí quedarme como buen chismoso y terminar de ver la función, al mismo tiempo un par de ilustres que parecían conocidos se encargaron de Antonella, uno de ellos le bajo al posito a la niña mientras el otro se acomodaba un preservativo y la puso a mamar, otro lentamente se acomodaba cerca de los tríos mientras agitaba su herramienta buscando una buena erección, pasados varios minutos las chicas ya eran penetradas por atrevidos sementales que mucho tienen que envidiar a los actores porno, pero no se podía esperar mucho por 50 lucas.
Uno a uno fueron pasando por los brazos de las fogosas hembras los valerosos varones a excepción de quien relata y otro compañero de batalla que quizá compartía mis pensamientos, se rescata el orden y la cultura que manejaron los presentes, todos esperaron con calma su turno, claro no faltó el que colaboró con un estruendoso polvo de gallo pero nadie lo reprochó, las niñas muy entregadas a su profesión dieron placer a cada uno de los que se atrevieron a participar en esta interacción grupal.
Las dos horas fueron mucho para mí, decido que ya he visto suficiente y decido dejar el lugar alimentado por una experiencia diferente pero que no era lo que esperaba, (tal vez no sabía que esperar).como era temprano contacté a Laura la que atendía en la casa al frente de la cuarta brigada, con el propósito de olvidar algunas escenas vistas en la casa del Gurú, pero esa es otra historia.
Tenía conocimiento desde hace algún tiempo de un sitio en el que se practica el Gang Bang, manejado por un tipo que se hace llamar el gurú del sexo, en la 80 con san Juan al lado del apto de las prepagos para los que conocen.
Era un sábado normal y decidí calmar mi curiosidad. Llegué muy cumplido pues el evento duraba 2 horas, aparte de mi habían otros 7 personajes, no muy agradables, pero ya estaba entrado en gastos. Transcurridos unos 10 minutos y un poco de impaciencia por los presentes ingresaron las señoritas que harían la faena, para mi sorpresa eran dos de las niñas del apto de al lado (he ido un par de veces y distingo las chicas) eran Antonella y Susan, aunque el tal Gurú las presentó con otros nombres.
Al comienzo nadie tomaba la iniciativa a lo cual Susan hizo señas a dos de los presentes, un negro bastante desagradable y un hombre algo mayor, ellos se acercaron y Susan comenzó a hacerles el oral a ambos, sin condón, hasta ahí llegó mi curiosidad por participar en un Gang Bang, esa vaina fué de lo mas desagradable que he visto, pero decidí quedarme como buen chismoso y terminar de ver la función, al mismo tiempo un par de ilustres que parecían conocidos se encargaron de Antonella, uno de ellos le bajo al posito a la niña mientras el otro se acomodaba un preservativo y la puso a mamar, otro lentamente se acomodaba cerca de los tríos mientras agitaba su herramienta buscando una buena erección, pasados varios minutos las chicas ya eran penetradas por atrevidos sementales que mucho tienen que envidiar a los actores porno, pero no se podía esperar mucho por 50 lucas.
Uno a uno fueron pasando por los brazos de las fogosas hembras los valerosos varones a excepción de quien relata y otro compañero de batalla que quizá compartía mis pensamientos, se rescata el orden y la cultura que manejaron los presentes, todos esperaron con calma su turno, claro no faltó el que colaboró con un estruendoso polvo de gallo pero nadie lo reprochó, las niñas muy entregadas a su profesión dieron placer a cada uno de los que se atrevieron a participar en esta interacción grupal.
Las dos horas fueron mucho para mí, decido que ya he visto suficiente y decido dejar el lugar alimentado por una experiencia diferente pero que no era lo que esperaba, (tal vez no sabía que esperar).como era temprano contacté a Laura la que atendía en la casa al frente de la cuarta brigada, con el propósito de olvidar algunas escenas vistas en la casa del Gurú, pero esa es otra historia.